Faramondo (Faramundo, HWV 39) es una ópera de nuestro querido Handel, con libreto de Apostolo Zeno, estrenada en 1738. Esta magnífica grabación tiene a dos cracks de la ópera barroca del momento, el Contratenor soprano Jaroussky y el Contratenor mezzosoprano Cencic. La dirección, además, es espléndida, nada que envidiar a las de Curtis.
Sinopsis
Acto 1.
Con base en la historia de Faramundo, un mítico rey de los francos, alrededor de AD 420, la ópera se abre con Gustavo (Rey de los Cimbrianos) y el Príncipe Adolfo lamentando la muerte de Sveno (hijo de Gustavo) y jurando venganza contra su asesino, el Rey de los Francos, Faramondo. En esta tensa situación viene la princesa Clotilde (hermana de Faramondo) que ha sido hecha prisionera. Adolfo está enamorado de ella y gracias a él no es ejecutada. Una vez que los dos jóvenes amantes se quedan solos, Clotilde consigue que Adolfo prometa que será leal a Faramondo, por amor a ella. Inmediatamente después el palacio es invadido por soldados francos, incluyendo Faramondo, que encuentran a la princesa Rosimonda, hija de Gustavo, y, como sólo se puede esperar en una ópera barroca, Faramondo se enamora inmediatamente de su cautiva, incluso a pesar de que ella le recrimine haber matado a sus hermano Sveno en el campo de batalla, y haber hecho una alianza con el rey suevo (Gernando), enemigo jurado de los Cimbrianos. De todas formas a Rosimonda también le va gustando el Rey de los Francos, pero el problema es que el Rey Gernando tiene planes para casarse con ella. Éste sospecha que su aliado Faramondo no es inmune a los encantos de la princesa. Así urde un plan para matar a Faramondo y ganar a Rosimonda, pero éste es descubierto y frustrado. Faramondo le perdona la vida a pesar de ello.
El Rey Gustavo no está inactivo, mientras tanto, porque ha dispuesto a sus hombres para capturar a Faramondo cuando se entera de que su enemigo está en realidad en su mismo palacio. Clotilde quiere que Adolfo evite esa captura, y finalmente este es descubierto por su padre y va a la cárcel por traición. Faramondo intenta apaciguar a Gustavo y pide la mano de Rosimonda en matrimonio, pero Gustavo no desea nada más que la muerte de su enemigo.
Acto 2
Una reunión sorprendente ocurre: el rey Suevo Gernando, enemigo implacable de los Cimbrianos, sugiere una alianza con el rey Gustavo, basada en el deseo común de reducir a Faramondo. Gustavo asegura a su aliado que si le trae la cabeza de Faramondo, le dará a su hija Rosimonda en matrimonio.
Rosimonda, aunque ya está enamorada de Faramondo, esconde sus sentimientos y trata de que éste se marche del palacio sin ella, y esto deprime a nuestro héroe, que ni siquiera se molesta en resistir cuando los soldados de Gustavo lo apresan. La intervención de Rosimonda impide su muerte, y es encarcelado. Al menos se libera a Adolfo tras las súplicas repetidas de Rosimonda y Clotilde.
Acto 3
El Rey Gustavo se ve traicionado por todos los lados - Rosimonda ha liberado a Faramondo, y su hijo Adolfo sigue estando obstinadamente enamorado de la hermana de Faramondo. Pero Rosimonda no está fuera de peligro, porque sigue siendo el objeto de amor de Gernando. Gernando en realidad ha unido sus fuerzas con un teniente del rey Gustavo (por nombre, Teobaldo), y lo ha persuadido de que secuestre a Rosimonda para él. Pero los planes de Teobaldo no se terminan ahí, porque él y sus hombres intentan un golpe de Estado y tomar como rehen al Rey. Este plan es frustrado por Faramondo, que habiendo escuchado toda la conspiracióna detiene el intento de golpe). Gustavo abraza a su salvador desconocido (cuya armadura le esconde la cara), y cuando se revele quién es éste, lamenta con amargura que su juramento de venganza por la muerte del Príncipe Sveno deba llevarse a cabo. Mientras tanto Teobaldo, el perdón de Gustavo, es enviado a combatir contra el rey en Sarmazia. Rosimonda aparece con la noticia de que el traicionero Gernando ha sido capturado y se encuentra a su padre preparando el sacrificio de sangre de Faramondo. Pero la repentina noticia traída por un mensajero de Teobaldo éste, moribundo por las muchas heridas ocasionados por Sarmazia, admite que su deseo de derrocar a Gustavo llevaba años fraguándose y que en realidad había cambiado a su propio hijo por el hijo del Rey cuando éstos nacieron, por lo que Sveno no era el hijo de Gustavo, sino de Teobaldo, así que el Rey no tiene por qué matar a Faramondo. Todo tiene un final feliz, Gustavo y Faramondo se convierten en aliados, Clotile y Adolfo se unen en matrimonio, al igual que Rosimonda y Faramondo.