Duque de Mantua - Luciano Pavarotti
Rigoletto - Sherrill Milnes
Gilda - Joan Sutherland
Condesa de Ceprano - Kiri Te Kanawa
Sparafucile - Martti Talvela
Maddalena - Huguette Tourangeau
Giovanna - Gillian Knight
Conde de Monterone - Clifford Grant
Caballero Marullo - Christian du Plessis
Borsa Matteo - Riccardo Cassinelli
Conde de Ceprano - John Gibbs
Ujier de la corte - John Noble
Paje de la duquesa - Josephte Clément
London Symphony Orchestra. Ambrosian Singers. Richard Bonynge. 1971
CD1 - - - - CD2
GILDA Beverly Sills
SPARAFUCILE Samuel Ramey
MADDALENA Mignon Dunn
GIOVANNA Ann murray
IL CONTE DI MONTERONE Samuel Ramey
MARULLO John Rawnsley
BORSA Dennis O`Neill
IL CONTE DI CEPRANO Malcolm King
LA CONTESA Sally Burgess
Philharmonia Orchestra Julius Rudel
Rigoletto es un melodrama en tres actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria Piave, basado en la obra teatral Le Roi s'amuse, de Víctor Hugo. Fue estrenada el 11 de marzo de 1851 en el teatro La Fenice de Venecia.
Se trata de un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza que tiene como protagonista a Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del Ducado de Mantua.
A primeros de 1851, el teatro de La Fenice de Venecia invitó a Verdi a componer una nueva ópera para ser estrenada allí. Verdi eligió el drama francés Le roi s’amuse (El rey se divierte), del escritor Víctor Hugo, aún a sabiendas de que esta obra había estado censurada en París, acusándola de manifestar el libertinaje de un rey. Por eso mismo, Verdi aceptó desde un principio modificar los nombres y los lugares siempre que pudiera conservar el núcleo del drama.
Pero tres meses antes del estreno llegó de nuevo la censura que vetó el libreto. El comunicado decía así: «El gobernador militar de Venecia, señor Gorzowski, deplora que el poeta Piave y el célebre músico Verdi no hayan sabido escoger otro campo para hacer brotar sus talentos, que el de la repugnante inmoralidad y obscena trivialidad del argumento del libreto titulado La maledizione. Su Excelencia ha dispuesto pues vetar absolutamente la representación y desea que yo advierta a esta Presidencia de abstenerse de cualquier ulterior insistencia al respecto».
El asunto se resolvió gracias a la diplomacia de los administradores del teatro. Se trasladaron a Busseto y allí se pusieron de acuerdo con Verdi y el libretista para que se cambiasen al menos cinco puntos:
- Trasladar la acción de la Corte de Francia a una Corte menor.
- Cambiar los nombres de los protagonistas inventados por Víctor Hugo.
- Cambiar la escena en que el libertino posee una llave para acceder al cuarto de la protagonista por otra distinta que respete la necesaria decencia.
- La visita del rey a la taberna será casual y no dictada por bajos propósitos.
Verdi aceptó estos condicionantes y el contrato se firmó. Las firmas fueron tres: Verdi, Piave y Guglielmo Brenna, secretario de La Fenice. Así fue como nació la ópera Rigoletto que hoy se conoce. Verdi se propuso en esta obra conciliar la estructura tradicional del melodrama con la complejidad del protagonista, Rigoletto, y eso no lo pudo cambiar la censura con sus condiciones. El bufón Rigoletto es un personaje verdiano, que se mueve entre el afecto por su hija y el odio por el Duque y los cortesanos. Es exactamente lo que Verdi quería realizar.
Acto I
- Cuadro 1.
Se alza el telón y la escena se sitúa en un salón, en el palacio del duque de Mantua. El duque ha dado una fiesta y, mientras se vanagloria de su nueva aventura de conquista hacia una desconocida joven del pueblo, apuesta miradas a la condesa Ceprano, a la vista de su marido. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una amante y, como casi toda la corte ha sido víctima de las burlas de Rigoletto, todos quieren devolverle las ignominias. Monterone es otro a quien el Duque ha insultado a través de la deshonra a su hija y quien entra en escena reclamando venganza. El Duque manda arrestarlo. Monterone es arrestado mientras proclama la famosa maledizione que traerá la perdición a Rigoletto.
- Cuadro 2.
Callejón sin salida y casa de Rigoletto con jardín; al otro lado de la calle el palacio del conde Ceprano. Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Se le acerca un extraño, Sparafucile, un asesino profesional que ofrece sus servicios a Rigoletto. Entra en la casa y allí encuentra a Gilda, su hija (a quien los cortesanos habían tomado como su amante). Gilda vive escondida y resguardada por su padre. El duetto Figlia!, Mio padre! muestra la relación entre ambos: Rigoletto es un padre cariñoso y temeroso de perder a su hija; Gilda es una niña ansiosa de conocimiento, aunque respeta mucho a su padre. Rigoletto insiste en que Gilda no salga más que a misa y que la acompañe su doncella, Giovanna.
El duque aparece en acto y, escondido, se entera de que Gilda es en realidad la hija de Rigoletto y tras sobornar a Giovanna logra entrar en el jardín de la casa de Rigoletto y le declara su amor. El duque miente a Gilda sobre su identidad diciendo que es un estudiante y que su nombre es Gualtier Maldé. Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borsa que planean el rapto de la supuesta amante de Rigoletto. El duque se marcha y Gilda se queda sola repitiendo el nombre de su enamorado, el Caro nome.
En la oscuridad de la noche los cortesanos se encuentran con Rigoletto, a quien invitan a preparar el rapto de la esposa de Ceprano. Están todos enmascarados y Rigoletto ayuda, sin percatarse que está ayudando a raptar a su propia hija Gilda. Cuando Rigoletto se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia recuerda y proclama «Ah, la maledizione!».
Acto II
La escena es en un salón del palacio del duque. El duque canta su desesperación Parmi vedar le lacrime al volver a casa de Gilda y no encontrarla. Entran los cortesanos y ofrecen al duque la supuesta amante de Rigoletto. El duque se da cuenta de que se trata de Gilda y va en su busca. Entra en escena Rigoletto pidiendo de vuelta a su hija, los cortesanos la niegan y el bufón encolerizado y desesperado dirige su Cortigiani, vil razza. Entra en escena Gilda, que descubre a su padre lo que le viene pasando desde hace algún tiempo: que se ha enamorado de un joven a quien veía todos los domingos en la iglesia, que la ha cortejado diciéndole que era un pobre estudiante, y que al ser raptada ha descubierto que en realidad se trataba del duque. Rigoletto planea vengarse del duque, mientras su hija pide que le perdone.
Acto III
A orillas de un río, casa de Sparafucile. Es de noche. Rigoletto ha encargado a Sparafucile asesinar al duque, pero antes debe desengañar a Gilda mostrando su comportamiento licencioso. Es cuando el duque canta la famosa aria que hace conocida a la obra, La donna è mobile. Entra en escena Maddalena, hermana y cómplice de Sparafucile, quien coquetea con el duque y éste sucumbe a sus encantos fácilmente. Rigoletto ordena a Gilda que se vaya a casa, coja dinero y vestida de hombre huya hacia Verona. El asesino y el bufón deciden que tras su muerte, el cuerpo del duque será puesto en un saco y arrojado al río.
Se desencadena una tormenta y el duque decide pasar la noche en la posada. A Maddalena le ha gustado el duque y trata de convencer a su hermano de que no lo asesine a él, sino al bufón. Sparafucile no puede asesinar a un cliente, amén de mostrar su preocupación por los diez escudos que aún le debe Rigoletto por terminar con el encargo, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna, si esto ocurre antes de la medianoche. Gilda ha desobedecido las órdenes de su padre y vuelve a la posada vestida de hombre. Ha escuchado toda la conversación de los hermanos, y conmovida por la pasión de Maddalena, decide sacrificarse para salvar al hombre del que se ha enamorado. Entra en la taberna pidiendo asilo, haciéndose pasar por un mendigo. De inmediato, Sparafucile la alcanza con su mortífero puñal.
Acaba la tormenta y Rigoletto entra en escena. Sparafucile le entrega el saco con el supuesto cuerpo del duque. Cuando se dispone a arrojarlo al río oye la voz del duque desde el interior de la posada. Horrorizado, abre el saco y ve a su hija agonizante aún. Gilda y su padre se arrepienten de lo ocurrido y se piden mutuamente perdón. La escena termina con el lamento desgarrador de Rigoletto en que recuerda la maledizione de Monterone.
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