Manon Lescaut fue la tercera ópera y el primer gran éxito de Puccini. El 1 de febrero de 1.893 se estrenaba en el Teatro Regio de Turín esta ópera, cuyo libreto se basa en la obra del abad Antoine Prévost (siglo XVII) titulada "Histoire du Chevalier Des Grieux et de Manon Lescaut". Jules Massenet había llevado al escenario operístico francés la misma obra nueve años atrás, pero ello no impidió el gran éxito de la ópera de Puccini, con una visión más latina y apasionada de la historia de los dos amantes. "...con passione disperata!" Así describió Puccini como interpretar su Manon Lescaut.
Tras "Le villi" (1.884) y "Edgar" (1.889), Manon Lescaut encumbraba al maestro toscano como uno de los referentes de la escuela verista y como el continuador del gran Giuseppe Verdi, que en esos días estrenaba "Falstaff". El hecho de estrenar la ópera de Puccini al mismo tiempo que la última de Verdi, da un motivo anecdótico a los que consideraron al maestro de Lucca como el sucesor del gran Verdi. Otra coincidencia es que ambos alcanzaron fama mundial en su tercera ópera, Nabucco (1.842) y Manon Lescaut (1.893) tras dos estrenos anteriores dubitativos por parte de ambos.
ACTO I
En una plaza de Amiens, cerca de una posada, están varios estudiantes charlando amigablemente aunque es Edmondo quien toma la voz cantante ("Ave sera gentil"....Salve, tarde agradable) ante sus compañeros, que también le acompañan en sus comentarios joviales. En ese momento aparece un joven tímido, Renato Des Grieux, y Edmondo le pide que se una al grupo y pueda reírse con ellos. Des Grieux, que agradece tanto honor, niega que haya conocido el amor ni el fracaso amoroso y se dirige a las jóvenes con un juvenil "Tra voi belle" en el que trata de "cautivarlas". La fiesta sigue mientras que llega a la posada un carruaje donde aparecen Geronte, Manon y el hermano de ella. Cuando el hermano - Lescaut, para facilitar la comprensión de la sinopsis- entra en la posada, Manon se queda fuera a la vista de la gente. Des Grieux se queda prendado y se presenta ante ella ("Cortese damigella"...gentil damisela) en lo que es el primero de los dúos de esta ópera. Ella le confiesa que su destino es el convento por voluntad paterna mientras que él lamenta esa triste suerte. Tras lograr convencerla para un posterior reencuentro, se queda recordando ese momento de felicidad espontánea con el aria "Donna non vidi mai", rememorando el momento en que ella se presenta de forma susurrante. ("o susurro gentil ,deh, non cessare"). En otra parte de la escena, Lescaut y Geronte, un hombre mayor y adinerado, charlan sobre el futuro de Manon. El tesorero se muestra interesado por el futuro de la joven, y les invita a cenar esa noche. Sin embargo, las órdenes que da Geronte al posadero es de preparar un "coche y caballos" para salir en una hora. Edmondo, que ha estado pendiente de la última conversación, le cuenta todo el plan a Des Grieux ("Cavalier,te la fanno"...Caballero, te la roban) y le invita a anticiparse al viejo tesorero, huir junto a Manón. El reencuentro del joven y Manon tiene un cariz diferente al del primer momento, ya que la preocupación se muestra visible en la cara del joven. Musicalmente, este dúo tiene momentos de gran intensidad emotiva como la explicación de la felicidad perdida de Manon ("Eppur lieta, assai lieta... Y sin embargo alegre, bastante alegre), o como Des Grieux manifiesta su amor hacia ella y ve la posibilidad real de hacer cambiar la tristeza melancólica de Manon por una vida plena de amor. Una exclamación de su hermano la pone en guardia y, cuando está a punto de irse, Des Grieux le revela los planes de Geronte de raptarla y le implora que huyan los dos juntos; ella se niega pero, ante la insistencia del joven, acaba consintiendo. Geronte, que se queda sin Manon, acude ante Lescaut para decirle que la ha raptado un estudiante y el hermano muestra una tranquilidad pasmosa; conocedor de su hermana. Lescaut le tranquiliza porque ella no podrá aguantar la miseria de un estudiante y acabará cediendo ante el dinero del tesorero mientras que Edmondo y demás estudiantes observan, divertidos, la escena.
ACTO II.
Como ya había previsto Lescaut, Manon deja a Des Grieux y acaba en la casa de Geronte en París. El comienzo del acto es significativo de que ella se arrepiente de haber abandonado a Des Grieux y que echa de menos sus caricias ("In quelle trine morbide"), esos días felices donde el amor la envolvía. Lescaut, que está atento a las frases de ella, le dice que Des Grieux es amigo suyo y que le ha volcado en el mundo en el mundo del juego por tal de ganar dinero. La llegada de unos músicos interrumpe la conversación de los hermanos y la escena se convierte en algo aburrido para Manon, hastiada de tanto lujo y actividades que no la llenan (el madrigal es de una brillante armonía y la lección de baile del minuetto-"Vi prego signorina"- es hermosa con la intervención de los asistentes a la clase ). Mientras Lescaut, que ha sabido captar las últimas palabras de su hermana, va a por Des Grieux, consciente de que Manon le echa de menos. El reencuentro entre Des Grieux, acompañado hasta la casa por el hermano, y Manon es frío ("Tu,Tu,amore?, tu") ya que él no le perdona como ella le abandonó y no accede a los intentos reconciliatorios de Manon . Ella observa que el reencuentro no era el deseado ya que Des Grieux se muestra dolido aún ("Non m'ami più"). La desesperación de Manon ("Pensavo a un avvenir di luce"...Pensaba en un futuro resplandeciente) y un pensamiento de que "ya no es tan bella y agradable como hace un tiempo" cambia el giro de la conversación ya que Des Grieux, que ha ido rebajando la furia para volver a ser ese joven del primer acto, cae rendido a los pies de ella y culmina el dúo con un "i baci miei son questi(Manon)/ i baci tuoi son questi (Des Grieux)" entonado a la par por ambos amantes, ya que la pasión antigua ha vuelto. El regreso de Geronte les sorprende; el enfado con el que sale el tesorero del salón es bastante revelador de lo que sucederá. Des Grieux le dice a Manon que deben huir de nuevo, a lo que ella titubea ya que no desea dejar la riqueza que posee. Des Griuex sufre, una vez más, otra desilusión ya que ella vuelve a ser la misma que le abandonó por riquezas ("Ah, Manon mi tradisce"...."Fango nel fango io sono") mientras que él se había visto reducido a la infamia por estar con ella. Lescaut llega y les insta a salir de ahí ya que Geronte la ha denunciado y acude a casa con guardias. La intensidad musical va in crecendo hasta la llegada del tesorero y el arresto de Manon. Cuando Des Grieux intenta evitar la detención, Lescaut le para y le pregunta, susurrando, quién salvará a Manon ("Se v'arrestan cavalier,chi potrà Manon salvar?")
Intermezzo. Teniendo en cuenta que en las óperas de Puccini no eran frecuentes las oberturas, disfrutar de este pasaje musical es algo casi "obligado" por su belleza
ACTO III.
Des Grieux y Lescaut, que ha sobornado a un guardia, están en el puerto de Le Havre para liberar a Manon, condenada al exilio en una colonia francesa de Luisiana. Cuando el guardia sobornado se hace cargo de la vigilancia, Lescaut aparece y le entrega la bolsa para que se vaya. Da un toque a Manon para que se acerque a la ventanilla del calabozo y pueda hablar con Des Grieux. La conversación es breve y conmovedora. Manon había perdido toda esperanza de volverlo a ver ("nell'onta non mi abbandoni?"... no me abandonas en mi vergüenza?) y vuelve a revivirla con esa posibilidad de ser libre cuando Des Grieux le indica que ha acudido junto a su hermano, Lescaut, para liberarla y huir juntos. Sin embargo, falla el plan y el ruido de un disparo acerca a la muchedumbre al puerto. Ha llegado el momento del "apello", una de las escenas más sensacionales de la ópera. Por un lado, el pueblo observando a cada una de las condenadas y realizando distintos comentarios. Por otro, Lescaut que comenta la historia de Manon a un grupo cercano cuando éste admira la belleza de ella. Y por otro lado, Des Grieux y Manon- que deja de ser la caprichosa de los dos primeros actos y se muestra afectada porque siente que no le ha amado - despidiéndose porque el destino está cumplido. En esta escena, recomendaría seguirla desde el punto de vista de las tres vertientes y después escucharla como un todo...no se arrepentirá. Cuando el sargento está a punto de llevar a Manon hacia el barco, Des Grieux actúa alocadamente: la retiene y amenaza al resto si se atreven a tocarla pero, después, cede y se pone a los pies del comandante ("ah!guardate, pazzo son") y pide que le dejen ir en el barco como grumete o cualquier otra actividad vil por tal de poder ir con ella. El comandante del barco, conmovido ante tal escena, accede a que el joven viaje en el barco.
ACTO IV
Antecedentes: En la colonia a la que son enviados Manon y Des Grieux, el hijo del gobernador se siente atraído por ella; hay un duelo entre él y Des Grieux que acaba con el adversario malherido. Creyéndolo muerto, huyen de la colonia pero sólo se encuentran con un vasto desierto en el que no ven el fin
La sed y el cansancio minan las fuerzas de Manon hasta el punto de desfallecer mientras que él presiente algo desventurado ("disperato mi vince un senso di sventura!"). Ella trata de recuperarse poco a poco pero su tono de voz presagia algo malo. La sed la afecta cada vez más y le pide a él que trate de buscar algo de agua o algún sitio mejor. Cuando Des Grieux marcha, ella se queda "sola, perdida y abandonada en tierra desolada ("Sola,perduta,abbandonata"). El aria es de una crudeza tal que impresiona ver a la soprano desquiciada ("Ahi! Mia beltà funesta,ire novelle accende..."), desolada ("Terra di pace,mi sembrava questa") y finalmente abatida ("tutto è finito!/non voglio morir"). La llegada de Des Grieux no aporta nada nuevo ya que la búsqueda es infructuosa. Manon está en las últimas y él se siente impotente ("Gelo di morte. Dio! l'ultima speme infrasti" ...frío mortal, Dios, rompiste la última esperanza). La agonía de ella, que será un preludio de cómo Puccini elaborará la muerte de Mimì en La Bohème, es pausada hasta que al final expira con esas últimas palabras, "ma l'amor mio non muor!!!?, mientras que la orquesta culmina la ópera.
Kiri Te Kanawa es de mis Segundas-Sopranos-Favoritas; no me lleva a comprarme todo lo que graba, pero sí que me agrada mucho cuando la escucho. Y aquí está con Carreras, y eso hace que prefiera esta grabación a la de la Caballé y Domingo.
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