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MUSICA DE LOS OCHENTA: de 1680, 1780, 1880 y 1980 :-) Las mejores grabaciones de Opera, Musica clásica, Pop EuroDance, Carátulas Customizadas y más.

martes, 17 de abril de 2012

OperaEsencial: WAGNER: El Anillo del Nibelungo I: El Oro del Rin (Janowski)


Aqui os traigo la monumental obra de Wagner. Tardé mucho en adentrarme en ella, yo soy mas de ópera italiana barroca y romántica, o de ópera francesa o rusa; pero la lengua alemana también tiene su encanto, sobre todo en Wagner y R. Strauss.
También tardé en encontrar una versión del Anillo que me satisfaciera lo suficiente como para comprarla, y finalmente me decidí por esta version de RCA, porque buscaba una version en estudio, con buen sonido y buenos intérpretes, como refleja este artículo:

On the surface, this "Ring" cycle recording might seem like a poor relation to those by Sir Georg Solti, Herbert von Karajan, James Levine, and others, or to the live recordings from the 1950s by the likes of Wilhelm Furtwängler, Clemens Kraus, and Hans Knappertsbusch. The very names constitute big guns in opera, and their respective casts are not exactly weak either. Complicating matters further is the fact that Marek Janowski's "Ring" was originally released by Eurodisc/Ariola, a European-based label that, while huge over there, never had the profile or prestige of Deutsche Grammophon, Decca, orEMI; the fact that it's now on RCA/BMG doesn't exactly help, either, as the latter has lost a good deal of its luster as a major label since the 1980s.

But the Janowski "Ring" also occupies its own place in history -- made over a period of just 29 months between 1980 and 1983, it was the first digitally recorded "Ring," and also a true rarity as a "Ring" cycle recorded in almost perfect cast continuity from start-to-finish. Those technical attributes are fine to cite, of course, but the proof is in the listening, and in that regard the Janowski "Ring" has proof of its worth all over its 14 CDs. Janowski's conducting is both forceful and precise, keeping the pacing and the dramatic arc advancing in a way that never lags, yet he also leaves room for the work's occasional bits of ironic humor to play out to full effect -- in that regard, he is as profusely aware of the story and dramatic nuances as he is of the musical nuances, and never tries to out-guess or otherwise modify the composer's intent in either department. The cast performs impeccably as well, with Theo Adam an outstanding Wotan and Rene Kolo's lyric tenor ideal as Siegfried. Jeannine Altmeyer's Brunnhilde has proved a tiny bit controversial in the role to some critics, for her supposed lightness, but she is among the most lyrical in the role, an approach and a quality that, if not commonly emphasized, has some validity in the results here. Jessye Norman's Sieglinde is among the finest ever recorded, and Lucia Popp (as a Rhinemaiden) Cheryl Studer (as a Valkyrie) The 14 discs all sound great...

This recording, as the first captured in digital audio, is technically the Solti's effective rival. The Solti "Ring"'s producer and guiding force, John Culshaw, used the best technology at his disposal between the late '50s and the early '60s to create a "Ring" that was fully the product of the recording studio, utilizing stereo separation and dimensionality and the best editing and multitrack facilities of the era to devise an enveloping sound-picture -- the Janowski "Ring," produced by Oskar Waldeck, isn't quite as ambitious as that, but it has its moments of sheer, overwhelming impact in the execution. The digital recording, though relatively primitive at the time, has yielded results nearly as compelling as the Solti: sonically flawless and so quiet and close and crisp that it, too, creates an illusion of envelopment, and is all the more bracing for Janowski's forceful yet finely nuanced conducting. --Bruce Eder, All Music Guide

El anillo del nibelungo
(Der Ring des Nibelungen, en alemán) es, como ya sabéis un ciclo de cuatro óperas compuestas por Richard Wagner y basadas libremente en figuras y elementos de la mitología germánica, particularmente las Sagas islandesas, así como del cantar de los nibelungos medieval. Estas óperas son El oro del Rin (Das Rheingold), La valquiria (Die Walküre), Sigfrido (Siegfried) y El ocaso de los dioses (Götterdämmerung). La música y el libretto fueron escritos por Richard Wagner en el curso de veintiséis años, de 1848 a 1874. Su cualidad más obvia, para alguien que la escuche por primera vez, es su extensa longitud: una representación entera del ciclo se extiende durante cuatro noches de ópera, con un tiempo total de quince horas, dependiendo de la velocidad que el director imprima a la ejecución de la partitura. La primera y más corta de las óperas es su prólogo: El oro del Rin, que generalmente dura dos horas y media, mientras que la más larga y última, El ocaso de los dioses, puede llegar a las cinco horas.

Como tetralogía, está modelada como los antiguos dramas griegos, que eran presentados como una trilogía de tres tragedias y una sátira. Como tal, el Anillo propiamente consiste en un prólogo, El oro del Rin, y tres jornadas, La valquiria, Sigfrido y El ocaso de los dioses.

La escala de esta historia es épica. Sigue las luchas entre dioses, héroes y varias criaturas mitológicas acerca del epónimo anillo mágico que otorga dominación sobre el mundo entero. El drama y la intriga continúan a través de tres generaciones de protagonistas, hasta el cataclismo final en El ocaso de los dioses.

La música del Anillo es profunda y ricamente texturada, creciendo en complejidad a medida que el ciclo se desenvuelve. La técnica del motivo temático musical, o leitmotiv, es utilizada de manera magistral por Wagner a lo largo de la tetralogía. Los motivos temáticos van sonando a medida que los principales personajes, emociones, lugares y otras circunstancias van apareciendo en la obra, y reaparecen evolucionando de muy diferente manera a lo largo de la misma.

Wagner escribió el Anillo para una orquesta de muy grandes proporciones. Incluso promovió la construcción de un teatro ex profeso: el Bayreuther Festspielhaus, erigido en Bayreuth, para poder realizar el montaje del ciclo completo. El teatro cuenta con un escenario especial, concebido por Wagner para equilibrar el sonido de la orquesta con la voz de los cantantes, permitiéndoles cantar con un volumen natural. Como resultado, los cantantes no necesitan esforzarse tanto vocalmente durante las largas representaciones. La acústica del Festspielhaus está entre las mejores del mundo. En otros espacios, los cantantes a veces encuentran difícil lograr este equilibrio entre voz y orquesta.

Resumen del Ciclo:

La trama se inicia con el Oro del Rin, una masa aurífera que descansa en el fondo del río y que, al ser robada y forjarse con ella un anillo mágico, éste concede a su portador el poder de dominar el mundo, siempre y cuando asuma el precio de la maldición que lo obligará a renunciar al amor. El enano nibelungo Alberich será quien, al sentirse despechado por las hijas del Rin, unas ondinas que custodian el oro, decidirá asumir la maldición, robar el oro y forjar el anillo. Diversos seres míticos luchan después por la posesión del anillo, incluido Wotan (Odín), el líder de los dioses. El plan de Wotan para superar sus limitaciones, que se extiende por generaciones, es el motor de gran parte de la historia. Después, el héroe Sigfrido gana el anillo como pretendía Wotan, pero acaba siendo traicionado y asesinado. Finalmente, la valquiria Brunilda (amante de Sigfrido e hija desleal de Wotan) devuelve el anillo al Rin. Durante el proceso, los dioses son destruidos.


EL ORO DEL RIN

Tres ninfas custodian el oro situado en el fondo del río Rin. El enano Alberich (un nibelungo) lo roba y fabrica con él un anillo mágico.

El dios Wotan (Odín), ha ordenado a dos gigantes que levanten un castillo. Les dará como premio a Freia, la Diosa de la Juventud, pero ésta se niega. Entonces Wotan, de acuerdo con Loge (el semidios del Fuego), decide apoderarse del oro acumulado por Alberich para ofrecérselo a los gigantes en lugar de Freia.

Mientras tanto Alberich ha adquirido un yelmo mágico que le permite hacerse invisible o transformarse en diversos animales. Mediante una artimaña Wotan lo apresa y se hace con el anillo. Alberich pone una maldición sobre todo aquél que desee el anillo.

Los gigantes reclaman el anillo para liberar a Freia. Wotan se ve forzado a entregárselo tras la intercesión de Erda, la Diosa de la Tierra. Uno de los gigantes mata al otro y huye con el oro y el anillo. Finalmente Wotan y otros dioses entran triunfalmente en la fortaleza mágica (Walhalla). En la última escena las ninfas lamentan la pérdida del oro. Loge, quien no puede entrar a Walhalla por ser sólo un semidios, se burla tanto de ellas como de los dioses y anuncia su caída futura.

Cuadro I

El oro del Rin empieza con un preludio de 136 compases sin modulación basado en el acorde de mi bemol, que representa los movimientos constantes y eternos del Rin (se ha discutido que Richard Wagner generó esta melodía en estado de somnolencia). Esta melodía es seguramente una de las más conocidas de la partitura. El poder de la música se eleva mientras el telón asciende. Las tres doncellas del Rin (Rheintöchter): Woglinde, Wellgunde y Flosshilde, juegan entre sí en el agua. Alberich, un enano nibelungo, aparece de las profundidades de la tierra e intenta seducir a las doncellas. Ellas se burlan del aspecto poco atractivo de Alberich y de su torpeza, lo cual causa la ira del enano. Después de intentar atrapar a alguna de ellas sin éxito, nota un cegador brillo dorado que emana del fondo del río. Pregunta a las doncellas qué es lo que lo causa, y ellas responden que es el oro del Rin (Rheingold), el cual deben de cuidar por órdenes de su padre. Confiadas, le explican que solamente aquel que renuncie al amor podrá crear un anillo a partir del oro que permitiría al portador dominar el mundo. Las ninfas creen que el lujurioso enano no es una amenaza, pero Alberich, ante su fracaso en la lides del amor, renuncia para siempre a él, se apodera del oro y escapa ante el desconsolado llanto de las tres ondinas.

Cuadro II

Los gigantes se llevan a Freia.

Wotan, rey de los dioses, duerme en la cima de una montaña junto a Fricka, su esposa. Fricka se despierta y alcanza a ver un magnífico castillo a sus espaldas, por lo que despierta a Wotan, quien le hace saber que su nuevo hogar ha sido construido. Los gigantes completaron la obra y a cambio Wotan les ofreció a Freia, la diosa del amor. Fricka se encuentra consternada por su hermana, pero Wotan confía en que no tendrá que cumplir su palabra.

Freia aparece y se muestra horrorizada mientras la siguen los gigantes Fasolt y Fafner. Fasolt demanda que se le pague por el trabajo que realizó y declara que el poder de Wotan se deriva de los tratados que ha inscrito sobre su lanza, y entre éstos se encuentra el pacto que hizo con los gigantes. Donner, dios del trueno, y Froh, dios de la primavera, aparecen para poder defender a su hermana pero Wotan los detiene, ya que no puede detener a los gigantes a través de la fuerza, puesto que esto le impediría cumplir su palabra.

Loge, semidios del fuego, aparece justo a tiempo, y Wotan confía en que la astucia del dios le ayudará a encontrar una manera de no cumplir el acuerdo con los gigantes. Sin embargo, Loge reconoce que no hay nada en el mundo que quiera apartarse del amor y de la mujer. Salvo un único ser: el enano Alberich, que renunciando al amor ha robado el oro del Rin y con él ha forjado un poderoso anillo. Wotan, Fricka y los gigantes inmediatamente comienzan a idear una manera de apoderarse del anillo; Loge sugiere una manera de robarle el artefacto al enano. Fafner demanda que el anillo sea la forma de pago por el castillo de Wotan, en lugar de Freia. Los gigantes se marchan pero se llevan a Freia como rehén.

Las manzanas doradas de Freia habían permitido que los dioses se mantuviesen jóvenes permanentemente, pero con su ausencia comienzan a envejecer y a deteriorarse. La única forma de revertir esto es conseguir el anillo para poder rescatar a Freia, razón por la cual Wotan y Loge descienden al mundo terrestre en busca del anillo.

En este espacio hay un intermedio orquestal que narra el descenso de Loge y Wotan hacia el Nibelheim. Uno de los detalles más importantes de este intermedio es cuando la orquesta empieza a disminuir el volumen de la música para que se puedan escuchar 18 yunques (recreados por la orquesta con distintos altos), lo cual representa la labor de los enanos que se encuentran esclavizados por el cruel Alberich.


Cuadro III

En el Nibelheim, Alberich ha esclavizado al resto de los enanos nibelungos. El enano ha obligado a que su hermano Mime le forje un casco mágico, el Tarnhelm. El Tarnhelm permite que Alberich se torne invisible y así pueda atormentar aún más a sus súbditos.

Wotan y Loge llegan a su destino final y se encuentran a Mime, quien les cuenta sobre el anillo y la miseria que viven los nibelungos bajo el dominio de Alberich. Mientras tanto, Alberich obliga a que sus esclavos almacenen vastas cantidades de oro. Cuando descubre a los dos visitantes, les llena de imprecaciones y amenazas: lo mismo que él ha rechazado el amor, obligará a todo lo que vive a renunciar a él; los dioses deberán guardarse de los ejércitos que saldrán de las oscuras profundidades del reino Nibelungo. Wotan trata de alcanzarle con su lanza, pero Loge le detiene, invitándole a usar, contra el enano, la astucia y no la fuerza. Así, Loge alaba su poder y el del yelmo, y le invita a demostrar de lo que es capaz pidiéndole que se convierta primero en dragón y luego en sapo, al que fácilmente Wotan puede poner el pie encima y sujetar. Así consiguen maniatarlo y arrastrarlo hasta la sima por la que bajaron.

Cuadro IV

En la cima de la montaña, Wotan y Loge obligan a que Alberich entregue su fortuna a cambio de su libertad. Los dioses le desatan la mano derecha, con la cual utiliza el anillo para convocar a sus esclavos para que presenten el oro a los dioses. Una vez entregado el oro, Alberich pide que se le devuelva el Tarnhelm, pero Loge dice que es parte de la fortuna que requerirá su liberación. Finalmente, Wotan le pide el anillo y aunque Alberich se niega a entregarlo, Wotan se lo arrebata y se lo mete en el dedo. Este acto conlleva a que Alberich ponga una maldición sobre el anillo: hasta que no le sea regresado, aquel que no lo tenga lo deseará y aquel que lo posea sólo recibirá penas y muerte.

Fricka, Donner y Froh aparecen y son recibidos por Wotan y Loge, quienes muestran el oro que se utilizará para rescatar a Freia. Fasolt y Fafner regresan con Freia. Desde un inicio, los dos insisten que debe de haber suficiente oro como para que Freia quede fuera de vista. Una vez se amontona todo el oro, Wotan debe entregar el Tarnhelm para poder cumplir la demanda de Fasolt y Fafner. Finalmente Fasolt muestra que hay un pequeño hueco entre todo el oro y que solamente se podrá cubrir con el anillo. Wotan se niega a entregar el anillo, por lo que los gigantes anuncian que se llevarán a Freia nuevamente.

En ese momento, el alma antigua de la tierra, la que todo lo sabe, emerge de las profundidades. Es Erda, la madre de las tres nornas que tejen el hilo de todos los destinos. La diosa prevé un ignominioso fin para los dioses y conmina a Wotan a que devuelva el anillo. El dios quiere saber más, pero Erda ya se ha hundido en las profundidades. Wotan, tras una breve meditación, arroja el anillo sobre el tesoro. Los gigantes liberan a Freia y mientras se dividen el tesoro, se inicia una disputa sobre cuál de los dos recibirá el anillo. Fafner asesina a Fasolt a golpes y se retira con toda la fortuna. Un Wotan horrorizado se da cuenta del terrible poder que tiene la maldición de Alberich

Finalmente, los dioses se preparan para entrar en su nuevo hogar. Para limpiar el cielo, Donner crea una tormenta y una vez terminada, Froh invoca un arco iris que los dioses utilizan como puente para ingresar a su castillo. Wotan los lleva al castillo, al cual nombra Valhalla. Fricka pregunta a Wotan sobre el nombre y la respuesta es que su significado será revelado en un futuro.

Loge, quien medita sobre la hipocresía de los demás dioses, fantasea con acabarlos algún día con su fuego, y no los sigue al Valhalla. En el río Rin las doncellas lamentan la pérdida de su oro. El telón cae.


Das Rheingold

Wotan: Theo Adam
Donner: Karl-Heinz Stryczek
Froh: Eberhard Buchner
Loge: Peter Schreier
Alberich: Siegumnd Nimsgern
Mime: Christian Vogel
Fasolt: Roland Bracht
Fafner: Matti Salminen
Fricka: Yvonne Minton
Freia: Marita Napier
Erda: Ortrun Wenkel
Woglinde: Lucia Popp
Wellgunde: Uta Priew
Flosshilde: Hanna

CD 1
01 Prelude
02 Weia! Waga! Woge, du Welle! (1. Bild)
03 He He! Ihr Nicker!
04 Garstig Glatter, Glitschriger Glimmer!
05 Lugt, Schwestern
06 Der Welt Erbe Gewänn ich zu eigen
07 Wotan! Gemahl! Erwache! (2. Bild)
08 So Schirme sie jetzt
09 Sanft schloss schlaf dein Aug’
10 Zu mir, Freia! Meide sie, frecher!
11 Endlich Loge!
12 Immer ist Undank Loges Lohn!
13 Umsonst Sucht’ ich
14 Nicht Gönn ich das Gold dem Alben
15 Hör, Wotan, der Harrenden Wort!
16 Jetzt fand ich’s: Hört, was euch Fehlt!
17 Auf Loge, hinab mit mir!
18 Hehe! Hehe! (3. Bild)
19 Nibelheim hier

CD 2
01 Wer Helfe mir?
02 Nehmt euch in acht! Alberich Naht
03 Was wollt ihr hier?
04 Die in Linder Lüfte Wehn da oben ihr Lebt
05 Wen doch Faßte nicht Wunder
06 Riesen-Wurm Winde sich Ringelnd!
07 Nun schnell hinauf: Dort ist er unser
08 Da, Vetter, Sitze du fest! (4. Bild)
09 Wohlan, die Nibelungen rief ich mir nah
10 Gezahlt hab ich; nun laßt mich Ziehn!
11 Bin ich nun frei?
12 Fasolt und Fafner nahen von fern
13 Halt! Nicht sie berührt!
14 Nicht so leicht und locker Gefügt!
15 Freia, die schöne, schau ich nicht mehr
16 Weiche, Wotan, Weiche!
17 Hört, ihr Riesen!
18 Halt, du Gieriger! Gönne mir auch was!
19 Was Gleicht, Wotan, wohl deinem Glücke?
20 Schwüles Gedünst Schwebt in der Luft
21 Zur Burg Fürht die Brücke
22 Ihrem Ende eilen sie zu
23 Rheingold! Rheingold! Reines Gold!


Janowski: Wagner – Der Ring des Nibelungen CD 01
Janowski: Wagner – Der Ring des Nibelungen CD 02



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