Schwarzschwanenreich (El Reinado de los Cisnes Negros)
Una ópera con título-trabalenguas, con la que descubrir al hijo de Wagner, y al nieto de Liszt.
http://www.filestube.com/4xdifIkx960p4vphTwmaeV/Siegfried-Wagner-Schwarzschwanenreich-op-7-1994-Konrad-Bach.html
Siegfried Wagner es conocido apenas como hijo de Richard Wagner y como director de los Festivales de Bayreuth de 1908 a 1930. También sus logros escénicos e innovaciones fueron apenas considerados durante largo tiempo; fue Theresia E. Reimers en OPERA 1974 (p. 84 y ss.) la que hizo posible una mayor difusión de Siegfried Wagner, que compuso casi exclusivamente obras de escenario para música teatral, cuyo texto siempre escribía él mismo.
Tras el estudio de arquitectura y composición con Engelbert Humperdinck, acabó Siegfried Wagner en 1898 su priméra ópera Der Bärenhäuter (Las pieles de los osos, 1898) que sería la más famosa y que divulgó la imagen de Siegfried Wagner como “compositor de cuentos”. Era la historia del soldado Hans Kraft durante la época de la guerra de los 30 años, allá por las tiernas de Bayreuth, el cual, como vigilante de la caldera del infierno y ataviado con una piel de oso, conduce al castigo a todas las almas, hasta que por la lealtad de una muchacha, recupera su forma humana.
A esta ópera fácilmente comprensible y por ello popular con sus melodías, la siguió en 1900 Herzog Wildfang (El duque Wildfang, 1900) calificada por los wagnerianos como parodia de Los Maestros Cantores. Con esta ópera Siegfried Wagner alteró su estilo de “ópera de cuentos” de raíz popular, para hacer hincapié en situaciones simbólicas y psicológicas.
Der Kobold (El duende, 1903) trata el tema de los hijos que deben pagar la culpa de sus padres y el problema del fetichismo.
Bruder Lustig (El hermano alegre”, 1904) no tiene nada que ver con el cuento de Grimm. Bruder Lustig es el nombre de la figura principal Heinnich von Kempten, que lleva este sobrenombre por aparecer siempre como un bromista en los momentos más comprometedores.
Sternengebot (Mandamiento de las estrellas, 1906) viene a ser la quinta ópera. Kurzbold, regidor de escena en esta ópera, permaneció incomprensible para el público de su tiempo.
La saga libremente dramatizada sobre Dietrich von Bern, el salvaje cazador, es la base dramática de la ópera Banadietnich (nombre propio) acabada en 1909.
Schwarzwannenreich (El Reinado de los Cisnes Negros, 1910), que es la que nos ocupa, la 7º opera del compositor y recupera el ambiente mágico-fantástico.
Personajes:
Hulda (soprano) - Liebhold (tenor) -Ursula, la hermana de Liebhold
(mezzo-soprano) - Oswald (barítono) - La hechicera (contralto) - El guardián de
la cárcel (bajo) - El diablo (barítono) -Un joven (tenor) - Una muchacha
(soprano). Época: siglo XVII. Lugar: Bohemia.
PRÓLOGO
Durante la época de la Guerra de los Treinta años existían aún en Bohemia muchas
supersticiones sobre los muertos, y sobre las historias de brujas, cuyos
procesos normalmente acababan en la hoguera. Por miedo a la Inquisición, Hulda
había matado a su hijo ilegítimo y lo había enterrado en lo más profundo del
bosque. La culpa le atormenta, pero confía en un soñado príncipe azul el cual a
través de su amor le redima de su pecado.
PRIMER ACTO
Hulda está cantando una canción y Liebhold la escucha atentamente. Su hermana
Ursula con su amado Oswald los espían. Ursula conspira contra Hulda y le cuenta
una terrible historia: en el Reino de los Cisnes Negros (Schwarzschwanenreich),
un temible paraje en lo más profundo del bosque, Hulda ha escondido el cuerpo
del delito de su pacto con Satán. Oswald quiere una prueba de que Hulda, que en
ese momento se aproxima a la casa, ha cometido tal pecado. Y le dice que le
extraña mucho, pues Hulda siempre está cantando y alegre, y eso no tiene nada
que ver con un alma demoníaca. Oswald queda fascinado con la presencia de Hulda,
y Ursula quiere que Oswald le ayude a alejarla de su hermano; aunque Oswald por
su parte quiere también conquistar a Hulda. Para alejar a Liebhold, Oswald
falsea un documento militar por el cual Liebhold se deberá alejar de la ciudad y
cumplir una misión en el frente, lejos de allí. Ursula, mientras Liebhold se
aleja, llama a la hechicera para que exorcize a Hulda y le aleje los demonios.
Entre las dos y Oswald la atan y la hechicera empieza con sus preguntas. A los
gritos de Hulda se acerca Liebhold quien había sospechado de que aquel documento
era falso, desata a Hulda y amonesta a la hechicera, a Ursula y Oswald. Hulda
sale corriendo hacia el río como poseída, y Liebhold va tras ella, y finalmente
logra alcanzarla y la trae desmayada a casa. Hulda despierta poco a poco y
reprende a Liebhold de no haberla dejado morir en el río. Hulda le dice que la
deje pues ella es una pecadora, pero él no la cree, "pues el que canta no puede
ser malo". Hulda, de nuevo, y como cantando para sí, narra en tono impersonal
una historia de una redención por amor. Liebhold le dice que no la abandonará
nunca.
SEGUNDO ACTO
En un florido jardín, rodeado de flores resplandecientes, Hulda y Liebhold
inician un duo de amor eterno. Se han casado y todo respira felicidad. Muchachas
y jóvenes van a cantar la ronda a los recien casados. Liebhold se va y aparece
Oswald demacrado y con una azada al hombro. Por la falsificación del documento
ha pasado una temporada en la carcel. Ahora le dice a Hulda que se dedica a
sepulturero, y más concretamente a desenterrar huesecillos de niño. Hulda
empieza a ponerse nerviosa, aunque aparenta frialdad. Oswald apasionado la coge
de las manos y le declara su apasionado amor, chantajeándola con la historia de
su hijo enterrado en el Reino de los Cisnes Negros. Aparece entonces Ursula. Al
verles abrazados, Hulda se da cuenta del engaño de Oswald, quien al abrazarla
forzadamente delante de Ursula, crearía una escena de infidelidad para luego
contárselo a Liebhold. Hulda lanza una proclama violenta a ambos, y pide el
perdón finalmente a Ursula, para hacer las paces. Pero Ursula le contesta que
prefiere su odio. Hulda se retira triste y Ursula invoca una maldición contra
Hulda tachándola de bruja y adúltera. En ese momento vuelve Liebhold quien se
encuentra a Ursula llorando. Le exige explicaciones, pero no contesta. Entra en
la casa a buscar a Hulda, pero no está. Ursula se ofrece a buscarla juntos. En
lo más profundo del bosque, en el Reino de los Cisnes Negros se ve a Hulda, en
una pálida noche de luna llena buscar algo por el suelo, se arrodilla en un
montículo finalmente y da un grito de terror al ver un brazo de niño que
sobresale del mismo. Es el hijo ilegítimo, su hijo. Rompe a llorar. Hulda canta
su pena y su culpa en la que no ve ya perdón posible. Pensaba que en Liebhold
había encontrado la redención, pero ahora ve que no. Ursula y Liebhold quedan
petrificados, y se la llevan de allí.
TERCER ACTO
Ursula ha puesto en aviso a la Inquisición, y han llevado a Hulda al calabozo.
Hulda aparece allí, sola, triste y con ganas tan sólo de morir. Sólo espera la
llegada de la muerte para redimir su pena, y tan sólo siente haber fallado a
Liebhold, su amado. En su delirio, ve cómo unos cisnes negros la arrastran hacia
un lago negro de profundas aguas. Las paredes de la celda se transforman y
aparece el lago de los cisnes negros. Aparece un caballero vestido de negro, el
diablo, con forma de apuesto joven, quien con una cohorte de espectros, tienta a
Hulda. La llama hacia sí, hacia su reino, con cánticos suaves. Hulda, quien está
a punto de sucumbir, finalmente con un grito desgarrador aleja al diablo de su
sueño, y la cárcel aparece de nuevo ante sí. Hulda aparece aferrada con las uñas
en los muros de la misma. En la siguiente escena el guardián de la cárcel se ríe
de Hulda y le coloca en el cuello una botella negra de hierro muy pesada, la que
los reos deben llevar hasta la hoguera. Es la botella del castigo o piedra de la
verguenza. El guardián la llama bruja y le incita a que le hable sobre el
diablo, se acerca la hora. En un montículo está preparada la pira, la
muchedumbre se amontona alrededor y alborota. Liebhold implora aún a Ursula para
que se dirija al tribunal diciendo que Hulda es inocente. Ursula no quiere y
Liebhold se lo pide en nombre del Dios del perdón. Ursula no cede. Hulda se
aproxima con la botella al cuello, Las mujeres gritan y se burlan, la insultan.
Liebhold se pone en medio y dice que se callen, que ella es inocente. Hulda le
dice a Liebhold: "Si tú crees que yo no soy culpable, entonces estoy libre de
culpa! ". Liebhold duda de su culpabilidad, y Hulda piensa que él no cree en su
inocencia. Y se dirige al patíbulo. Le atan el pelo y encienden la hoguera. El
cielo se oscurece, la voz del diablo se le aparece de nuevo a Hulda y le dice
que vaya con él y la salvará. Pero Hulda le rechaza: "¡Aléjate! ¡Cristo,
Redentor! ¡Sálvame! ". Las llamas aumentan, y Liebhold en el último instante se
lanza a la hoguera diciendo que quien ha invocado al Redentor no puede ser
culpable, y cree en ella. Las llamas rodean a los dos. Pero de repente el fuego
va disminuyendo, las brasas desaparecen y el milagro se produce. La hoguera se
ha apagado del todo, y se ven los cuerpos de Liebhold y Hulda, intactos y sanos,
que yacen muertos entrelazados. Los leños humeantes se convierten en lirios que
los rodean. El palo al cual estaba atada Hulda se convierte en una cruz. Puesta
de sol. El pueblo se arrodilla.
Linda: Beth Johanning
Ludwig: Walter Raffeiner
Ursula: Kerstin Quandt
Oswald: Andre Wenhold
Zina: Jutta Maria Schmitz
Versucher/Priester: Roland Hartmann
Ein Bursche: Lucian Chioreanu
Ein Madchen: Ksenja Lukic
Chor des Thuringer Landestheaters Rudolstadt
Thuringer Symphoniker Saalfeld-Rudolstadt
conducted by Konrad Bach
Marco Polo.DDD.1.994
Recording location : Rudolstadt, Thuringer Landestheater
Recording date : June 1994, live
Disco 1: Act I
http://www.sendspace.com/file/jtrvzd
Disco 2: Act II-III
http://www.sendspace.com/file/3yb9bw
Sonnenflammen (Las llamas del sol, 1912), Un cruzado de Franconia pierde en Bizancio el honor y muere en las llamas de un reino imperial que se derrumba mientras que su amada es salvada.
Den Heidenkönig (El rey de los Paganos, 1913), de 1913, trata el cambio en la sociedad ocurrido por la cristianización durante la reconquista polaca de Prusia (s. XVI) y el destino de Ellida, la mujer de Radomar, elegido rey de los prusianos.
La décima ópera de Siegfried Wagner, Der Friedensengel (El ángel de la paz) fue acabada en 1914. Wilfred es un hombre casado que ama a otra mujer, Mita. Desesperado se suicida, siendo el puñal para él el "ángel de la paz" (Der Friedensengel), alegoría de una muerte libre. Dado que la iglesia y la sociedad sienten aversión hacia los suicidas, su madre oculta el hecho. Mita va a un convento. Pero el suicidio de Wilfred es descubierto y trae consecuencias: los campesinos quieren sacarlo de su tumba eclesial y tirarlo al río, pero sobre su tumba se encuentra el cadaver de Mita y eso hace que se arrepientan.
La siguiente obra de Siegfried Wagner, An allem ist Hütchen schuld (En todo es Hütchen culpable), compuesta en 1915, es una ópera en forma de cuento, y que llega a tratar hasta 40 historias.
En Der Schmied von Marienburg (El herrero de Marienburg), de 1920, ya está plenamente madurado el principio dramático de Siegfried Wagner, de su duplicidad. La ópera se desarrolla en 1410, con el fondo de Marienburg y las luchas de los caballeros.
En la obra aún no estrenada de Rainulf und Adelasia, de 1922, no se trata de un drama amoroso, sino de una tragedia histórica en tiempos del Kaiser Heinrich VI (Regio Calabria 1194), que trata de la cuestión de la felicidad y del sentido de todo quehacer humano.
La obra tampoco estrenada, Die Heilige Linde (El Tilo Sagrado, 1927), trata del rey Arbogast que bajo influencias romanas, hace cortar el Tilo Sagrado venerado por el pueblo; tras la muerte del rey, engañado por Roma, su mujer planta un nuevo tilo. La ópera vive de la oposición dramática entre el Reich germánico de Arbogast y el mundo tardío romano opulentamente representado.
Sin acabar quedaron Walamund (ópera compuesta en 1928, sólo el texto), Das Wahnopfer (El sacrificio de la ilusión, compuesta en 1928, texto y 2 actos) y la tercena ópera de cuentos, Das Flüchlein, das jeden mitbekam (La maldición que cada cual recibe, texto y obertura) .
La música de Siegfried Wagner es aún postromántica pero posee un estilo propio que enlaza con su abuelo Listz al igual que con Rossini, Verdi y Weber; de Richard Wagner toma únicamente las exigencias dramáticas. No se puede tomar a Siegfried Wagner como un compositor moderno, pero tampoco como un compositor pasado. Siegfried Wagner, apodado “el último melódico” puede perfectamente compartir este título con otros músicos de su época.
Pero no sólo los compositores ligados espiritualmente a Siegfried Wagner, como Saint-Saëns o Humperdinck juzgan positiva su música, hasta Arnold Schönberg que en 1912 escribió: “El hijo de este padre, que como artista, sin lugar a dudas es víctima de una pedante teoría, según la cual uno no es valorado por su propia valía, sino por una supuesta ley natural, por la cual un hombre importante no puede tener un hijo importante; pese a que Johann Sebastian Bach tuvo dos hijos muy importantes y que Siegfried Wagner sea un artista profundo y original, más que muchos artistas hoy muy conocidos” (publicado en la Rheinische Musik und Theaterzeitung)
Según Siegfried Wagner dijo en 1899, sus óperas deberían ser “óperas populares” y bajo este aspecto fueron largo tiempo consideradas por literatos y críticos. Pero las óperas populares deben, en primer término, ser escritas para un amplio público, un criterio que cumplía la obra de Siegfried Wagner Der Bärenhäuter, que en los años 1899/1900 fue la ópera más representada y traducida al inglés. Pero tras el escándalo de Herzog Wildfang (Munich, 23.3.1901), se acabó con la asistencia masiva a las obras de Siegfried Wagner, lo cual tampoco pudo remediarlo la ópera-cuento, An allem ist Hütchen schuld (Stuttgart, 6-12-1927), a pesar de su notorio éxito.
Gustav Mahler y el profesor de Schönberg, Alexander von Zemlinsky dirigieron las primeras representaciones vienesas de Der Bärenhäuter y Der Kobold. Para sus primeras óperas Siegfried Wagner preparó unos "apuntes de dirección" que proclamaban un nuevo estilo de escenificación, pero los tiempos no estaban aún suficientemente maduros para ello. Como indicó Paul Pretzsch en El arte de Siegfried Wagner (Leipzig, 1919), las óperas de este compositor se encuentran musical y dramáticamente relacionadas, tratando problemas desde distintas perspectivas y dando aclaraciones para ciertos fenómenos: por ello las óperas alcanzarían toda su magnitud en representaciones cíclicas. Esto estaba planeado para el año 1914 en el circo Sarasani de Dresde, con un número de asientos para 5.000 espectadores, lo cual habría posibilitado la exigencia de la "Ópera popular" en cuanto a número de público. Pero el plan hubo de olvidarse a causa de la 1ª Guerra Mundial. En el tiempo del III Reich las óperas de Siegfried Wagner cayeron en desgracia por su fondo liberal. El intento de la ópera estatal de Berlín de adaptar su ópera Der Schmied von Marienburg a la concepción del mundo nacionalsocialista estaba condenada al fracaso aún antes que intentos similares con las obras de Ricardo Wagner: la representación (Dirección de escena de Emil Preetorius) sólo alcanzó una reposición. Varios teatros de ópera que quisieron celebrar el centenario del compositor en 1969 con representaciones suyas, no obtuvieron de la viuda de Siegfried Wagner (Winifred Wagner) el permiso para representarlas. Pese a que los discos posibilitan al amante de la ópera un primer contacto con las obras de Siegfried Wagner, la verdadera revisión se alcanzará con las representaciones escénicas que permitirán poner en discusión en su totalidad y quizás por primera vez auténticamente, la calidad de sus obras.
(Por Peter P. Pachl; Presidente de la Asociación Siegfried Wagner de Alemania)
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